Los fotógrafos también posan (I)

Ricardo Espiau Aula de Fotografía, Blearn, Estudio, formación, Tutorial

Ya la semana pasada estuvimos comentando la importancia para los modelos de saber de fotografía para que su porfolio fuera lo mejor y más profesional posible y hablamos de la cultura visual que tienen que tener para hacer esta elección de la mejor manera posible.
Si quieres volver a leer ese post aquí tienes el link (Los modelos también deben saber de fotografía)

Estaba claro que los fotógrafos no nos íbamos a librar de saber de temas de modelaje para optimizar nuestros resultados. El hecho de saber de esta materia nos va a facilitar muchísimo el trabajo, sobre todo cuando estemos con un cliente que no es modelo profesional. Es algo que no solo nos ayuda a encuadrar sino que también nos ayuda a realzar las virtudes de cada persona que se ponga delante de la cámara y minimizar los defectos al hacerlos posar de una forma o de otra. A esto añadimos que nos va a ayudar de muchas formas cuando estemos tratando de elegir una fotografía de entre varias de una misma sesión.

‘El principal problema es que no sabemos lo que buscamos’

 

El principal problema al que nos enfrentamos cuando empezamos a hacer sesiones es que no sabemos lo que buscamos. Generalmente tendemos a pedir o buscar muchas poses diferentes cuando no nos damos cuenta que, de una misma pose, podemos sacar muchas fotos diferentes con un simple cambio de ángulo, girando al modelo, cambiando la profundidad de campo o el encuadre. Con esto quiero decir que de una misma pose podríamos sacar fácilmente 10 fotografías diferentes.

‘El posado es una herramienta más a llevar en la mochila’

 

El posado es una herramienta más que debes llevar en la mochila de la cámara y que está en tu mano el aprovecharla al máximo. Sin embargo este y los siguientes post referidos al posado no van a consistir en decirte 100 formas diferentes de posar. Como con básicamente toda la formación útil en esta vida, vamos a ver la base, vamos a aprender lo necesario para que después cada uno desarrolle lo que necesita en función de la persona que tiene delante. Principalmente lo considero más útil así porque no todo el mundo es igual y no a todo el mundo le puede beneficiar una pose concreta, simplemente por su constitución. De nada nos va a servir saber 50 poses diferentes de mujer si luego el 80% no benefician a la modelo por su constitución. Al no conocer las bases, nos quedamos atascados, resaltando curvas que empeoran la figura y sin saber cómo sacarle partido a la sesión.
Por experiencia, es mejor especializarse en cinco poses diferentes y hacer pequeños cambios en ellas que saber cien diferentes.

Ya tenemos por tanto, sin habernos dado cuenta dos pequeños consejos a tener en cuenta:
– De una pose, pueden salir múltiples fotografías.
– Especialízate en cinco poses y haz pequeñas variaciones lógicas en ellas.

‘Tómate tu tiempo, no trabajes con estrés’

 

Cuando empezamos, uno de los grandes problemas que nos provocan fallos es el estrés con el que enfrentamos las sesiones. La equivocada necesidad de sacar mucho partido de una sesión hace que nos enfrentemos a ellas de manera acelerada, sin pausa, sin tomarnos el tiempo necesario en, primero, analizar a la persona, segundo, darle confianza y seguridad y tercero, dedicarle el tiempo necesario a sacar partido a la sesión de una manera coherente.
Nos encontramos en una era, la digital, en la que revisar una fotografía y analizarla, es algo que podemos hacer sobre la marcha y está claro que la mayoría de las veces nos centramos en ver que esa fotografía está bien iluminada y no en analizar la pose que acabamos de captar.
Tómate tu tiempo, analiza y deja el estrés en la puerta.

Hay un amigo en mí.

Es muy probable que si tienes un cliente no profesional en el modelaje, este esté nervioso y cómo solucionarlo es muy sencillo: Hablando. Dando conversación. Si es necesario, tomar antes un café y charlar relaja mucho.
Es fundamental dar confianza a la otra persona. La seguridad que tú mismo reflejes consigue crear en la otra persona una sensación de seguridad, de trabajo fácil, que hará que se sienta más cómoda. Por eso, si al guiar una sesión evitamos lenguaje negativo, conservamos un ambiente de confort buenísimo para que esa persona se relaje.
Hagamos una prueba. Invitad a una persona cercana a posar, ponedla en un estudio y empezad a guiarla:
“Pon el brazo en la cintura y el otro sobre la cabeza”
“NO, no, no, no lo hagas así pongo más atrás”
“No, a ver, no tan atrás”
“Y ahora de la mano de la cintura que la tienes mal colocada, saca los dedos hacia delante”
Como podéis imaginar, habéis minado la seguridad de esa persona en cuestión de segundos, simplemente con cuatro frases.
Si a esto añadimos la mala costumbre que tenemos de revisar la fotografía, poner malas caras, no decir ni una palabra mientras revisamos, no mostrarle resultados y tardar en continuar la sesión. Imagina.
Para una persona que no está acostumbrada a la cámara y viene a que tú le saques partido, lo único que vas a conseguir es minar su confianza y arruinar la sesión, tanto para ti como para el cliente.
Si el diálogo anterior lo cambiamos por:
“Pon un brazo sobre la cabeza” (Acompañado de un gesto tuyo propio)
“Genial, llévalo algo más atrás para que la pose ya quede perfecta”
“Exacto y si ya abres la mano y la relajas, estarás de 10”
“La mano que te pedí que pusieras en la cintura, si haces un movimiento continuo de adelante hacia atrás, va a quedar tan natural que parecerá que llevas toda la vida posando”
La cosa cambia bastante. Corriges lo que tú quieres sin necesidad de tirar por tierra la confianza del modelo. No solo eso, cada vez le das más confianza, asimilará los conceptos mejor y el resultado será infinitamente más natural y de calidad.

‘Evita usar lenguaje negativo, no mines la seguridad de tu modelo’

Es obvio que para evitar este impacto negativo y conseguir que la persona esté lo más cómoda posible, debemos cambiar de hábitos:
– Hay que dar seguridad. Confianza. Hablar con la persona que tenemos delante.
– No usar lenguaje negativo. Buscar la manera de pedir las cosas sin un ‘no’ por delante.
Como ‘técnica’ para conseguir aumentar la confianza, está la psicología. Ejemplos de recursos podrían ser los siguientes:
– Piropo. Cuando un modelo llegue y se presente, regálale un piropo, fíjate en algo que te haya llamado la atención de manera positiva y házselo saber. “Qué ojazos”, “Me encanta tu pelo”, “Tienes una piel perfecta”, “La ropa que llevas es lo que yo quería para esta sesión”, etc.
– Nombre. Hazle ver que sabes su nombre, repítelo a menudo. El nombre de la persona es una palabra familiar, algo que le suena bien. Es, además, sinónimo de preocupación por esa persona, te importa, sabes su nombre.
– Saber algo más de esa persona, sus pasiones, a qué se dedica. Interesarse por estas cosas también muestra preocupación y crea confianza. Esa persona sentirá que la tienes en cuenta.

¿Cómo ‘ve’ tu cámara?

Os voy a demostrar con esta parte del artículo, que siempre que hacemos posar a una persona nos equivocamos en pensar que es la pose la culpable de que la fotografía resultante sea buena o no.
Generalmente centramos nuestra preocupación en el apartado técnico. ¿Qué objetivo es el mejor para hacer retratos, unas sesión de moda… bla, bla, bla? Y no nos damos cuenta que eso importa, pero que como lo usemos también.
Empecemos por lo que todo el mundo conoce o al menos la mayoría, cómo funciona cada objetivo. Si usamos un objetivo angular, las zonas externas se deforman más que si utilizamos un teleobjetivo. Obviamente también depende de la calidad de este. Veamos dos ejemplos:

105 mm a FF.
(Teleobjetivo)

32 mm a FF.
(Angular)

En la foto hecha con el angular, para hacer el mismo recorte, nos hemos tenido que acercar mucho más. Por un lado al estar más cerca, invadimos el espacio del modelo, lo cual puede provocar rechazo. Por otro lado vemos que las formas están más desproporcionadas que con el teleobjetivo. Apreciamos como la forma de la cara está desproporcionada con respecto a la cadera.

Como conclusión, observamos que el angular, exagera las distancias mientras que el teleobjetivo las aplana, las comprime. Como estándar, en un beauty no se suele utilizar menos de 70mm en FF.

‘Un objetivo angular exagera las distancias y el teleobjetivo las comprime, las aplana’

 

Otro tema a tener en cuenta sobre cómo la cámara ‘ve’, es el siguiente. Todo lo que quede cerca de la cámara se agranda mientras que lo que queda alejado es más pequeño. Podemos observar que en la fotografía con teleobjetivo, al estar en una posición alejada del modelo, todas las partes de su cuerpo llegan a la cámara desde, relativamente, la misma distancia, impactando en el plano del sensor después de haber recorrido prácticamente la misma distancia. Sin embargo, para el caso de la foto hecha con angular, al habernos acercado mucho al sujeto, la cabeza queda considerablemente más cerca que la cadera y la piernas, presentándose una desproporción entre ella bastante notable. Vemos como la cabeza que está mucho más cerca se ve más grande que la cadera que queda desproporcionalmente pequeña.
Llevemos esto a una situación útil, ya que en pocas ocasiones nos vamos a encontrar en estudio, haciendo fotografías con angular.
Veamos dos ejemplos donde hemos usado un objetivo tele y hemos sentado al modelo.

Apoyada sobre el respaldo.
105 mm a FF.
(Teleobjetivo)

Inclinada hacia adelante.
105 mm a FF.
(Teleobjetivo)

Podemos apreciar en la primera foto como al estar sentado, las piernas quedan ligeramente por delante del resto del cuerpo y aunque usemos un teleobjetivo y reduzcamos las deformaciones de lentes, este hecho de cercanía de las piernas hace que se vean más grandes con respecto al cuerpo. Para solucionar esto, basta con pedir al modelo que se incline ligeramente hacia delante para igualar la distancia de cara y hombros con la de las piernas, obteniendo unos tamaños más proporcionados. Se aprecia claramente en la fotografía.

‘Apuntar apéndices hacia la cámara hace que perdamos de vista su magnitud’

 

Esto que acabamos de ver se puede utilizar en beneficio o puede ir en detrimento del resultado. Debemos observar con cautela nuestro modelo, si resulta que tiene unas caderas voluminosas vamos a intentar dejarlas alejadas de la cámara con respecto al resto del cuerpo para que se vean más pequeñas o proporcionadas con la anchura de los hombros.
Si queremos resaltar cualquier parte, basta con hacer que esté ligeramente más cerca de la cámara.

Una de las cosas principales de cómo ‘ve’ la cámara es como colocar las extremidades. Brazos y piernas que apuntan directamente hacia la cámara pierden totalmente su perspectiva por lo que no tienen forma ni longitud apreciable claramente en la fotografía. A las extremidades le sumamos cualquier apéndice, nariz, dedos, lo que sea. Así, si nos encontramos con alguien que tiene una gran nariz, si lo fotografiamos de frente, siempre se le notará menos.

Brazos en dirección a la cámara

Brazos colocados para ver su longitud.

Mano a la cintura y codo hacia atras. No vemos con claridad el brazo ni su longitud. Solo vemos la punta de los dedos.

Al colocar bien el brazo, vemos la mano al completo y el brazo en toda su longitud. La sensación de estrechez en la cintura es mayor.

Al estar de frente, perdemos la perspectiva de las piernas.

Aquí apreciamos la longitud de las piernas ya que no apuntan hacia la cámara.

Pie hacia adelante. Perdemos la percepción de su longitud.

Pie hacia el lado. Alargamos la pierna.

Con esto queda bastante claro que la posición del modelo cuenta y bastante. Pero también es importante la posición de la cámara, básicamente es lo mismo pero referido a la cámara porque es así como se describen estas posiciones.

‘Disparar por debajo de la linea de los ojos alarga el cuello y por encima, incrementa la atención en los ojos’

 

Si queremos hacer que alguien parezca algo más alto, debemos disparar desde una posición ligeramente más baja que si queremos lo contrario que dispararemos desde una posición más elevada.
En cuestiones de retrato, disparar por encima de los ojos, realza la mirada. Si lo hacemos a la misma altura de los ojos, mantenemos las proporciones. Si lo hacemos por debajo, alargamos el cuello.

Foto tomada a la altura de los ojos. guardando la proporción de la cara.

Foto tomada ligeramente por debajo de los ojos. Vemos que el cuello es ligeramente superior.

Artículo redactado por Ricardo Espiau.
Fotografía: Ricardo Espiau
Modelo: Lucía Harrison

¿Quieres saber más sobre posado? No te pierdas los siguientes artículos, suscríbete a BLEARN. Es gratis.

 

[x_subscribe form=»612″]