No sé hacer fotos de todo

Ricardo Espiau Aula de Fotografía, Blearn, formación, Tutorial

No, no sé hacer fotos de todo, no. Parece que en el mundo, tanto en el ajeno a la fotografía como en el mismo, la gente no parece entender que ser fotógrafo no es sinónimo de saber hacer cualquier tipo de fotografía. O simplemente de querer hacerla. Así de sencillo.

Cuando comenzamos nuestra andadura fotográfica le vamos dando a todos los palos. Lo mismo hacemos retratos que paisajes. Sin embargo no nos damos cuenta que son fotografías totalmente diferentes, con necesidades técnicas, tecnológicas y conceptuales completamente distintas.
Desde luego por algo hay que empezar y parece que “la mejor” manera es hacerlo todo a la vez. Lo pongo entre comillas porque la evolución es siempre la misma.

Me compro una cámara, empiezo a conocerla, a aprender a utilizarla y me creo el rey del mundo. Entonces llegamos a la fase de los foros y las redes sociales con grupos llenos de gurús de la fotografía que saben “más” que tú y que consideras dioses. Esta es la peor parte de todas porque es en la que más pensamos que tenemos que saber de todo y que tenemos que tener más material que nadie para todas y cada una de las vertientes fotográficas que hay porque tenemos que ser los mejores en todo:

Los mejores haciendo paisajes, me compro angulares carísimos, filtros que ni sé para qué son, trípode… y de repente BAM, los time lapses y más material para hacer eso mismo, luego lo aparto todo y me compro la GoPro.

Los mejores haciendo macro, pues al canto un objetivo macro, lentes de aumento de mala calidad, tubos de extensión, anillos inversores para el objetivo de kit que has leído que no vale para nada y que es un “pisapapeles”. Lo ha dicho uno de los gurús del foro. Eso es el evangelio.

Los mejores haciendo Street, me compro un fijo angular muy luminoso y un flash para imitar a Bruce Gilden y todos los libros de Cartier Bresson para empaparte del espíritu bohemio de su trabajo y lanzarte a la calle a “cazar”.

Los mejores haciendo retrato, porque claro, todavía te faltaba comprarte el estudio y al menos 3 fondos, tienes que cubrirlo todo.

Los más hipsters y modernos, haciendo fotos de vacíos, gente de espaldas, “rompiendo la reglas”, fotografismos, conceptualidades, discurso fotográfico, espacios abandonados llenos de significado y gafas sin cristales. Para ello nada mejor que una analógica que te ha costado un Congo pero que dices que era de tu abuelo con carretes al precio del caviar, líquidos de revelado y ampliadora, porque si tu no revelas todo el proceso, qué clase de fotógrafo eres. Debes controlarlo todo.

Los más técnicos, porque todos los objetivos que tenías eran las versiones baratas que AHORA tienen muchas aberraciones y distorsiones. Y por supuesto, cambio de cuerpo, forzado porque claro, con esos objetivos que tienes ahora, no aprovechas su potencial al completo.

Así que bueno, a excepción de lo de la GoPro y las gafas sin cristales, me acabo de describir a mi mismo. Y no sabes cuánto tiempo y dinero he perdido. No sabes cuánto.

Seguro que a más de uno os han dicho eso de “He estado en un sitio que te encantaría, ¡hubieras hecho unas fotos brutales!”. Está genial que se acuerden de ti la verdad, es un halago y sí, es probable que hicieras mejores fotos que ellos que nos son fotógrafos, pero nos inculcan (nos inculcamos) esa necesidad de dominar todos y cada uno de los palos de la fotografía cuando a lo que uno se dedica es a otro tipo de fotografía. Sería como ser cantante pop y tener que cantar lírico porque eres cantante. Sí, así de radical. Pero tu ego no te deja librarte de eso y lo haces también porque eres un master.
Otra de las fantásticas situaciones a las que te enfrentas en el día a día es el, “¡ah! tú que eres fotógrafo, haznos una foto” y entonces te dan un móvil… ¿Pero esto qué es? “Es que aunque sea con el móvil tú sacas mejores fotos”. Sí. Mi dominio del selfi con iPhone es abrumador. Y encima sales en el extremo donde se te ve más gordo…

En fin. Una perlita que lo único que hace es volver a meterte en un saco genérico sin sentido. Un saco que tú mismo abres y sin embargo no podemos quejarnos, básicamente, porque somos nosotros mismos los que alimentamos este comportamiento. Desde que comenzamos a hacer fotos, en nuestro interés por buscar un estilo propio y un sector favorito, vamos tocando todos y cada uno de los palos de la fotografía.
En La Evolución del Fotógrafo vemos que hay gente que nunca se define, gente que se “especializa” en todo. No digo que no sea posible, pero desde luego sí creo que hay que tener mucho tiempo para hacerlo. Tiempo y material. Al final terminan comprando material mediocre de cada cosa, lo que termina siendo un “aprendiz de todo, maestro de nada”. Nuestro refranero es tan sabio, que a veces me abruma. Este ego que también comento en el artículo de la evolución del fotógrafo es otra vía que causa esta creencia popular de que un fotógrafo debe saber hacer fotos de todo. Vamos lo que ya me ha pasado a mí, si es que soy un crack.

Pero es que lo peor de todo es cuando tenemos delante a los grandes maestro de la fotografía que suelen estar especializados en una de las vertientes, ¿Por qué será?

no sé hacer fotos de todo

¿Qué sacamos del estudio de este comportamiento?

Algo que no muchos tenemos en cuenta al principio. No hay que sentirse obligado a ser fotógrafo de todo y esto va con tu calidad como persona-fotógrafo.
¿Qué quiero decir con esto? Pues que hay que aprender a decir ‘no’ cuando el trabajo no es acorde con lo que sabemos hacer. O por lo menos especificar sobre el tema. No se me ocurriría aceptar un trabajo o sentirme en el compromiso de hacerlo sin especificar que no es algo en lo que estoy especializado o en lo que ya he trabajado (hecho) antes. Esto es, no por ser fotógrafo tienes la obligación de aceptar todos los trabajos/compromisos/oportunidades fotográficas. Hay que ser consecuente. Sobre todo si no tienes material, práctica y conocimiento para ello.

No hay que sentirse mal fotógrafo si no sabes hacer un tipo de fotografía ni por rechazar un trabajo. Debemos buscar nuestro sector, ya sea la fotografía social o la de retrato o ambas o ninguna. Puede resultar complicado decidir sobre algún tema en concreto o sobre un estilo de fotografía si no lo pruebas, lo que quiero decirte con esto es que cuanto antes te definas en lo que te gusta y en lo que se te da bien, más fácil vas a poderle buscar una salida comercial, antes vas a disfrutar mucho más de la fotografía, antes te vas a poder especializar en ello y dejarás de perder tiempo y dinero en material y fotografías que luego no te satisfacen ni te sirven para nada.

A mí me gusta el retrato y la iluminación de retrato, en el estudio o fuera y me apasiona. A día de hoy me hubiera encantado darme cuenta de eso antes y dedicarle más tiempo desde el principio. Más tiempo y todo el dinero que he invertido en material de otras especialidades.

¿Podrías haber elegido sin probarlo “todo”? Probablemente no, pero analiza cuánto tiempo y dinero realmente hacía falta. ¿Nos contaminamos de “necesidades” impuestas por el prójimo? ¿Cuántas veces te has dejado llevar por lo que había en tus redes, por lo que hace la gente en los grupos de fotografía de internet? La red puede ser de gran ayuda pero a veces también es una trampa.

Desde el punto de vista del posicionamiento y de tu marca personal.

“Tu marca personal no es lo que tu hagas de ella, es lo que los demás piensan cuando ven tu logo, tu nombre. Tu marca no te pertenece a ti, le pertenece a quien la consume.”

Risto Mejide – Urbrands

Así, si una persona no es capaz de identificarte con un sector concreto de la fotografía puede ser un problema.

La especialización en una cosa concreta o en un grupo reducido de ellas hace que tu marca personal esté más definida. Está orientada a algo y terminarás siendo identificado por eso. Cuando alguien busca un fotógrafo lo busca concretamente para lo que quiere. Es paradójico como te inculcan sin querer el ser fotógrafo de todo pero luego desde el punto de vista del consumo, son específicos y buscan un fotógrafo corporativo, uno creativo, uno de retrato o uno de bodas. Interesante, ¿verdad? Son unos cabrones, pero lo hacen sin querer. Está claro que al final especializarte no será solo por una cuestión de calidad profesional sino también por una salida comercial mucho más lógica.

Si tu posicionamiento frente al cliente es cuestión de precio y compites con otros fotógrafos por precio, el cliente no te va a dejar hacer lo que quieras, porque no te ha elegido a ti, ha elegido la opción más barata y que más cosas le daba. Por el contrario, si el cliente te busca a ti, Pepe Pérez, es porque quiere lo que tu haces. En este caso, si te pidiera algo fuera de tu campo puedes intentar barrer para casa porque puedes. Porque te quiere a ti. Así de importante puede llegar a ser el posicionamiento de tu marca personal. Y tu posicionamiento al final viene determinado por aquello en lo que eres bueno y en lo que estás especializado. Me encanta cuando me contratan para lo que sé hacer y lo que se me da bien. Es más, cuando me llaman para un sector que no me gusta, no estoy familiarizado o no me siento capaz o cómodo digo directamente que no. Yo no hago fotos de todo. No profesionalmente. Es muy probable que si me llamas para fotografías de un estilo fuera del mío te diga que no a menos que me dejes llevármelo a mi terreno. Esto no siempre es posible. Tu posicionamiento como fotógrafo es lo que determinará eso.

Sin ir más lejos en noviembre hice una sesión así. Me contactaron para una sesión para un cartel de flamenco. Flamenco. Yo. Flamenco, que no tengo ni idea… En este caso el cliente, no buscaba una persona especializada en fotografía de espectáculo o en flamenco, buscaba una persona especializada en iluminación y en fotografía creativa y por eso contactó conmigo. Habéis visto el resultado ya por mi página de FB.

arbol ricardo espiau

Habíamos trabajado antes juntos, también con flamenco y de hecho conseguimos editar un libro de fotografías que se vende actualmente en el Museo de Baile Flamenco de Sevilla.

cuerpo y alma ricardo espiau

O en la ocasión en la que convertimos una simple sesión corporativa en algo mucho más creativo y original.

fotografia corporativa ricardo espiau

Sin duda, situaciones donde me he llevado el gato al agua. Si no, probablemente no hubiera hecho esos trabajos.

¿cuál sería tu posicionamiento si no estuvieras especializado en nada? ¿Qué pasaría si no hubiera algo que te identificase? Si alguien tuviera que describir la temática de tu fotografía, ¿Cuál sería? ¿Te representa?

Responde a toda estas preguntas y coméntame cuál es tu situación ahora mismo.

¡Nos vemos en los comentarios!

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