Photography quote

La evolución del fotógrafo

Ricardo Espiau Aula de Fotografía, Blearn, formación

Antes de empezar, vamos a darle un giro a todo y vamos a hacer un estudio de cómo empieza una persona cualquiera en el mundo de la fotografía. Vamos a ver qué tipo de fotos suele hacer cuando aun no ha aprendido nada y no se ha cultivado en el mundo del arte fotográfico.
Sabiendo cómo es esta evolución, podremos elegir qué camino seguir, qué cosas podemos añadir en nuestro aprendizaje desde el principio y qué pasos inútiles saltarnos o dedicarles menos tiempo. Os invito a leer esta entrada y a evaluaros a vosotros mismos para saber en qué punto estáis y qué podéis hacer a partir de ahora.

¿Crees que romper la evolución natural del fotógrafo evita que este aprenda como debe? Sigue leyendo y coméntanos lo que opinas al final.

Comparte La Evolución del Fotógrafo

Todo fotógrafo suele empezar por lo mismo y suele evolucionar de la misma manera. Unos más rápidos y otros más lentos pero al fin y al cabo, todos seguimos los mismos pasos, nos dejamos impresionar por las mismas cosas y buscamos un resultado común. Nosotros vamos a analizar estos pasos y esta manera de evolucionar y vamos a cuestionarla. El objetivo es muy simple, intentar evitar ciertos errores que todo el mundo comete al principio, huir de fotografías insulsas y acelerar esa evolución, ya sea por un desarrollo rápido o por evitar ciertos pasos típicos que son completamente prescindibles.

Las cosas que me hubiera gustado saber cuando empecé a hacer fotografía.

  1. La primera y fundamental es: “La tecnología es importante, pero no es lo que te hace hacer buenas fotos”. Esto es aún más cómico porque justo cuando empezamos no tenemos ni idea de, por ejemplo, lo que significan la mitad de los números que salen en los objetivos, nos hinchamos a leer y a comparar cual es la mejor de todas las cámaras a nuestro alcance… que si Canon que si Nikon… y lo único que hacemos es fiarnos de las criticas de terceros, a los cuales no conocemos y la mayoría de las veces no sabemos ni qué tipo de fotografía hacen. Ni siquiera sabemos si son buenos o son simples geeks de la tecnología con las cabezas llenas de siglas, números, comparativas, rangos dinámicos y pixeles. Muchos píxeles. Como es obvio, comparar no es malo. Pero para empezar, antes de saber si le vas a dedicar a la fotografía el tiempo suficiente, cómprate una cámara, haz fotos y entonces, cuando has aprendido, evalúa y cómprate lo que realmente necesitas.
  2. “Me han dicho que haga las fotos en RAW porque es mejor”. Y ahí acabó la explicación. Y no te mintieron. Es totalmente cierto. De hecho es mucho mejor. Sin embargo no usaría el RAW para todo en la vida porque es un formato que consume mucha memoria. Sería necesario evaluar que fotografías merece la pena hacer en RAW y cual no. Si son fotos de estudio, fotos artísticas y demás, sí, hazlas en RAW. Si te vas a comer con unos amigos o es algo informal, puedes hacerlas en RAW y una vez que las edites deshacerte de ellos o simplemente tirar en JPEG y si tienes que editar algo, el JPEG será más que suficiente probablemente.
  3. Las reglas de la fotografía. Ya seas de los que ha escuchado reglas de fotografía, composición y demás como si eres de los que no, te diré que sea lo que sea lo que te hayan dicho, no hay que hacerles caso siempre. Si bien son reglas que al principio, usarlas, ayuda a mejorar los resultados, lo realmente interesante es conocerlas y saber cuando usarlas y cuando romperlas. Romper una regla es un recurso muy aceptado con algunos resultados sorprendentes.
  4. El fondo. Fíjate en el fondo, siempre. Puedes hacer tu mismo la prueba de hacer una fotografía en la que eliges un fondo concreto, bonito, con pocos elementos que distraigan, colores similares y poco detalle, y otra con un fondo poco estudiado, feo o con demasiado detalle. Créeme, elegir el fondo pude ser decisivo para una foto.
  5. Hacer retratos con objetivos de gran angular implica que las formas se alteren. Estos objetivos tienen aberraciones de forma en los extremos. Usa como mínimo un 50mm para una fotografía de retrato. Sin embargo, si sabes cómo funcionan las ópticas, vas a descuprir un mundo maravilloso en, por ejemplo, los 35mm. 
  6. En los retratos, enfoca a los ojos. Así de simple.
  7. Aunque parezca mentira, la luz directa del sol en exteriores no es la mejor opción para empezar. En retratos implica que el gesto se contraiga para que la intensidad de la luz no moleste a los ojos. Es una luz muy dura y con sombras muy contrastadas, necesitaremos un rango dinámico muy elevado para poder cubrir esas diferencias. Un día nublado o una zona de sombras es mucho más útil en ese aspecto. De todas formas, esto no quiere decir que la luz de medio día sea mala para hacer fotografías. simplemente es más complicada. Échale un vistazo a este artículo para entenderlo mejor
  8. Deja de ver fotografías de flickr de gente mediocre, sobre saturadas y de flores, animales y paisajes de ensueño y ponte a mirar grandes autores clásicos y contemporáneos. Olvídate de las batallas de foreros de si esa foto es una mierda porque tiene 3 pixeles que no tienen información. Eso no sirve para nada. La cultura visual viene de la práctica y de ver gente que realmente sabe, de los grandes.
Aprende iluminación de estudio ahora

Esta gráfica que tenemos a continuación es lo más fiel y lo mejor que he visto en mucho tiempo en cuanto a verdades como puños.

Comparte La Evolución del Fotógrafo

evolución del fotógrafo

En ella podemos ver tres curvas diferentes. Conocimiento, calidad de las fotos y cómo de bueno te crees que eres. Esta ultima sin duda es la mejor de todas. No hay más que ver a ciertos individuos que se han quedado en el “all I shoot is pretty”. Vamos a analizarla a fondo.

Curva del conocimiento. Esta es en la que más rápido podemos evolucionar, sin embargo, lo tengo más que comprobado, después de mucho tiempo haciendo fotos y enseñando lo que sé, hay mucha gente que sabe muchísimo de fotografía y de tecnología y luego hace unas fotos que son basura como castillos, vacías, sin criterio artístico alguno y feas. Técnicamente perfectas pero más feas que una nevera por detrás. Por eso insisto e insistiré a lo largo de todo el tiempo, que es importante saber, pero lo que hay que hacer es fotografía, transmitir, innovar, crear. Todo el mundo al principio usa el modo automático, es lógico, no sabes nada y no tienes más remedio. Pero debes saber que cada vez que haces una foto en automático, muere un gatito.
El modo automático funciona, a secas, pero tiene mucho límites. Estos límites los vas a ir descubriendo cuando dejes atrás el modo automático y empieces a aprender con el modo manual.

«El modo automático funciona, a secas, pero tiene muchos límites.»

 

Cuando hacemos el cambio a manual, aprendemos el concepto de exposición. Exposición es el resultado de tres parámetros, obturación, apertura y sensibilidad, conceptos reales, tangibles, relacionados con la parte mecánica, la parte física (de la luz) y la parte tecnológica, que nos ayudan a conseguir una fotografía expuesta como deseamos. Es obvio que el conocimiento de estos parámetros nos hará evolucionar muchísimo y por eso es en lo que nos tenemos que centrar al principio. El siguiente paso es el conocimiento tecnológico más en condiciones. Empezamos a conocer los resultados de diferentes objetivo, lo que son sus numeritos y cual necesito para hacer determinadas fotos. Además empezamos a conocer gadgets, filtros y técnicas que nos dan un abanico de posibilidades mayor. Entonces, solo entonces, aprendemos a componer. Esto es un error. El punto de composición y práctica debería ir al principio y evolucionar con las demás cosas que vamos aprendiendo poco a poco. En este caso este es mi consejo y por eso estructuro el temario de esta forma. Lo primero la composición. Componer es algo que puedes hacer sin cámara, que puedes hacer con el móvil, que puedes analizar en la pintura y en el cine. Con la composición siempre vas a mejorar. Es el mejor arma para hacer una buena fotografía.

«Solo nos centramos en la composición cuando ya hemos aprendido el apartado técnico. Esto es un error.»

 

La segunda curva, la de la calidad de las fotos, va aumentando de manera más o menos lineal junto con la curva de conocimiento. Continuará hasta el infinito con la composición y a veces mejorará con la tecnología, pero todo depende de lo que sepas y lo que practiques. Sin embargo, como veis en la gráfica, a mitad de camino nos encontramos con el “HDR hole”. Esto es generalmente una catástrofe en la vida de todo fotógrafo de la era digital. Es mejor saltársela, completamente prescindible. Veremos como usarlo en nuestro favor, pero cuidado porque caeréis en el lado oscuro del HDR.

La tercera curva, la de “cómo de bueno te crees que eres” o la curva del ego. Empieza por todo lo alto. Ego máximo. Así somos. Nos creemos que por hacer fotos a cosas bonitas somos los amos de la fotografía. Pobres ilusos… a medida que vamos metiéndonos en el mundillo y conociendo la técnica y posibilidades de una cámara en condiciones, vemos que lo que creíamos una maravilla no lo es. Esto es algo que nos perseguirá a lo largo de mucho tiempo.

«A medida que aprendemos, vamos viendo que lo que creíamos que era un fotón, no lo es.»

 

Tendremos fotos mitificadas que se irán volviendo una vergüenza. Pero esta evolución es necesaria. Es necesario darnos cuenta de que mejoramos y de que hay cosas que tenemos que criticar de nosotros mismos. SIEMPRE. Piensa en tu tía o en tu tío, que han ido a París y que vienen y te dicen, “mira la foto que he sacado con el móvil, es una maravilla”. Entonces te enseña una foto de la torre Eiffel con puesta de sol, cielos naranjas, muy llamativa. “Un fotón”. Me río yo de su fotón. Esa foto la hacen 350 personas todos los días, y la única diferencia es lo saturada que sale de cada móvil y los megapixeles que tiene. Eso es una mierda. Pues esa mierda, somos nosotros cuando empezamos a hacer fotos. Pero no lo sabemos. Luego aprendemos y nos damos cuenta (algunos no) de nuestro ego y poco criterio. Entonces llega Photoshop y nos creemos que todo se soluciona con ese divino programa que nos convierte en dioses del Olimpo aunque no lo sabemos usar y hacemos auténticas barbaridades sin sentido y de pronto descubrimos gente que sabe hacer fotos de verdad. Grandes artistas clásicos, gente de hoy que manejan la edición con una destreza inigualable, gente con muchísimas ideas, millones de ideas, todas las ideas. Y nos hundimos. Nos hundimos para empezar por donde deberíamos haber empezado, por el principio, por aprender poco a poco, de manera humilde. De abajo a arriba. Educando nuestro propio criterio, algunos más cercanos al ego teñido de falsa modestia y otros más a la humildad.

Esta ultima parte de la evolución del fotógrafo es muy importante. Durante estas fases van cambiando poco a poco las cosas que nos gustan de la fotografía, las que nos emocionan y las que queremos hacer. De esta evolución sale el desarrollo de cada uno y en lo que se especializa. Poco a poco vas cambiando de tipos de fotografías y vas determinando las que más te llaman la atención, más te apetece hacer y más tiempo le dedicas a aprender y practicar. Esta evolución es importante para saber qué es lo que más te gusta, pero hay ciertos puntos que podemos evitar en nuestra ego-evolución. Por ejemplo:

  • Fotos de flores, animales, puestas de sol y de todo lo que Dios creó “superbonito” para que tu te sientas un crack. Todas esas miles de fotos a tu gato que hacen crecer tu ego, esas fotos a flores con gotas de agua que hacen crecer tu ego, esas repetitivas puestas de sol de verano que hacen crecer tu ego… Todo eso no sirve para nada. Son todas iguales. Te sirve para practicar con la cámara y la composición, pero una vez que lo has aprendido, para qué las demás 300 fotos iguales. Tu decides el tiempo que le quieres dedicar a eso.
  • Fotos de detalles. Millones de fotos de hasta el más insignificante e inservible objeto de tu casa. Idem de lo mismo. ¿Para qué?¿Para aprender a manejar la cámara? Genial. Pero también lo puedes hacer de manera más útil.
  • Fotos de viajes, las peores sin duda. Miles de fotos de detalles de casa, suelos, puertas, comidas, monumentos, etc, que están mil veces mejor hechas en las postales. Cómprate una postal y haz fotos de otra cosa. ¿No sería mucho más gratificante hacer fotografía social? ¿No crees que sería más lógico hacer fotos irrepetibles, tuyas, de tu momento? De este tipo de fotografías se aprende más que de sacar una y otra vez la Giralda con cielos saturados. La gente se mueve, cambia. Los momentos que crean son irrepetibles. Aprenderás técnica al manejar tu cámara y añadirás composición, el concepto de momento decisivo, harás un trabajo fotográfico que presentar en conjunto y aprenderás a enmarcarlo en un lugar. Harás un trabajo de largo recorrido. Algo mucho más útil y profundo.

Poco a poco iréis descubriendo que lo que ahora os impresiona no lo hará en un futuro, sencillamente porque culturalmente estaréis más educados, sabréis técnicamente lo que es fácil y lo que es difícil de hacer. Sabréis de composición, encuadre, iluminación, técnicas y tecnología y eso hace que una foto sorprendente se convierta en algo muy sencillo y carente de valor técnico. Aprenderéis a valorar más lo creativo o lo irrepetible que lo técnico o lo que se consigue con paciencia y tecnología, o eso espero.

¿Crees que este artículo sobre la evolución del fotógrafo te ha sido útil?

¿Qué opinas? ¿Crees que estos conceptos te pueden ayudar a evolucionar más rápido? ¿Crees que podrías haberte ahorrado tiempo si lo hubieras sabido antes? Deja un comentario y cuéntanos lo que piensas.

Comparte La Evolución del Fotógrafo

[x_subscribe form=»612″]